martes, 24 de mayo de 2016

Sé creador de ambientes que provoquen emociones, según la ocasión

Tienes la oportunidad de ser el anfitrión, organizar un evento o un festejo y deseas que sea altamente grato y memorable para quien vaya. Los alimentos, la comida y la música adecuados juegan un papel en este cometido, pero existe un aliado bastante poderoso que apenas está generando arrastre en el mercado y fundamentación científica: las esencias aromáticas.

Dependiendo de la situación, con la combinación de esencias adecuado puedes mantener un estado de alegre y animado o invitar a la serenidad y la relajación. Las posibilidades para combinar son virtualmente infinitas; incluso con nuestro olfato inferior, en comparación con el de un perro que es capaz de distinguir millones de aromas, podemos distinguir con alta precisión los aromas componentes de las muestras olfativas en el ambiente. Más allá de las emociones que nos hace sentir, puedes grabar nuevas memorias gracias a estas combinaciones, llevando la escena de la vivencia completa a la memoria de largo plazo, gracias a la conexión dedicada que tiene el olfato con el sistema límbico.

Te mostramos algunas de los efectos deseados y las esencias que los pueden producir:

Esencias para tranquilizar el enojo: yerbabuena, jazmín, patchouli, rosas.

Esencias para aliviar la ansiedad: bérgamo, cedro, ciprés, incienso, lavanda, mejorana, mirra, naranja, durazno, geranio.

Esencias para incrementar la confianza: incienso, jazmín, patchouli y sándalo.

Esencias para aliviar la depresión: bérgamo, toronja, jazmín, lavanda, limón, naranja, geranio, sándalo, mandarina.

Esencias para mejorar la memoria: laurel, jazmín, lavanda, limón y romero.

Esencias para aliviar la tristeza: esclárea, ciprés, abeto, mejorana, romero y salvia.

Esencias usadas como afrodisíacos: jazmín, rosa, sándalo, vainilla.

Esencias para vigorizar y superar la fatiga: angélica, benzoína, alcanfor, cardamomo, canela, basilisco, clavo, ciprés, eucalipto, hinojo, limón, yerbabuena, pino, salvia y manzana con especias.


Desde tiempo inmemorial se han utilizado las esencias para engalanar cortes de reyes y altares en templos, aunque en esas épocas la tecnología de dispersión era prácticamente nula. El método por excelencia para repartir las esencias era manual; incluso con el advenimiento de los estudios en aromarketing, los primeros experimentos eran hechos a mano, con atomizadores o aprovechando los sistemas de ductos para dispersar las esencias. La necesidad de un sistema que fuera preciso y programable invoca el ingenio para la creación de los difusores de aromas.



¿Cómo funcionan? Están diseñados para cubrir un área específica, medida en metros cúbicos ­ típicamente un difusor puede con casas y oficinas, dependiendo de propósitos y mayores espacios pueden instalarse varios para reforzar o crear escenas en distintas secciones. Tienen un repositorio para la esencia y con un temporizador se disparan las dosis de la fragancia con un sistema atomizador. Son prácticos y de fácil instalación; algunos proveedores ofrecen paquetes con esencias prediseñadas, que pueden estar variando para probar distintas combinaciones y quedarnos con los favoritos.






Ref: undergroundhealth.com 

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