El reto de todo gerente es hacer que la estancia de tus clientes sea algo especial e inolvidable. Una parte se logra con las instalaciones, el servicio que les ofreces y la vivencia misma. Tu carta a favor serán sus anécdotas compartidas con sus amistades, que posiblemente sean más clientes en el futuro. Mientras mejor la experiencia, más vendrán y querrán repetir la visita.
Buscando estimular todos los sentidos, también podemos valernos de los aromas para dejar una marcada impresión de manera olfativa. Algunos establecimientos lo hacen con velas aromáticas, jabones artesanales con esencias florales y en recientes años implementando la ciencia en la creación de aromas para ambientación.
Cada rincón cuenta una historia y según las actividades pueden ser suaves y frescos para relajar los nervios, vivos y fuertes para reanimar y mantener un ánimo de fiesta. Todo dependerá de las emociones que deseamos evocar y la imagen que deseas imprimir de tu hotel, o cadena de hoteles, como empresa. Como una melodía, puedes tener pasajes distintos y un tema unificador en el Lobby y otras áreas comunes.
Las grandes empresas hoteleras invierten fuertemente en crear su propia firma, para que los visitantes reconozcan el lugar por su aroma, que les traiga a la mente la sensación de familiaridad, confianza y pensamientos positivos. Gracias a esa familiaridad, casi como el hogar permite disipar cualquier sensación de alerta por ser un lugar desconocido pueden así disfrutar al máximo. Incluso, hay hoteles de alto rango que ofrecen a sus huéspedes la opción de elegir un aroma; al momento que abren la puerta del cuarto se les recibe con la fragancia de menta y especias que seleccionaron.
En cuanto al aromarketing hotelero, existen sofisticados sistemas para distribuir estos aromas en las áreas definidas. Los hay en presupuestos accesibles con opción a tener variantes en combinación de aromas; cada mes puede tener un nuevo toque en puntos clave del lugar, una gala o una nueva atracción.
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