En este mundo de ritmo acelerado prevalece la tentación de
no perder un minuto, pero es impresionante como los países del primer mundo
gozan con meses de vacaciones y aún así se mantienen a la vanguardia económica.
Los fines de semana se reservan para los días de campo, montañismo y turismo a
destinos cercanos, en solitario o como pretexto para fortalecer la convivencia
con amigos y familia. Ese tiempo que se dan de relajación les permite regresar
a los problemas de la vida diaria con vigor y nuevos ojos; una perspectiva que
les permite ver más allá de los problemas cotidianos y reconocer todo lo bueno
que les rodea.
Sin importar tus alcances económicos, es posible preparar
esos retiros en el hogar. Mientras que se presenta una mejor oportunidad de
hacer salidas al campo o a la playa,, un entorno agradable en casa puede hacer
buena parte del trabajo en crear el ambiente propio de relajación. Llámalo
meditación activa, con pensamiento pasivo mientras realizas actividad física…
un proyecto personal o familiar si tienes hijos: arregla detalles en tu casa,
ordena cuartos y separa los objetos que no tienen uso, para desecharlos o armar
una venta de garage. Limpia el jardín y cultívalo como un arte; además de
terminar con una casa con mayor limpieza y orden, crearás las condiciones para
el desear regresar a tu pequeño paraíso después del trabajo.
La tarea no termina ahí; puedes según tu presupuesto pensar
en pintar los cuartos, hacer algunos cambios de mobiliario para hacer espacios
más invitantes para la convivencia, meditación, concentración, según el
propósito de cada cuarto. Para potenciar la sensación de llegar a tu mundo y
sintonizar tu mente a los pensamientos de tranquilidad y alegría, puedes
apoyarte con velas aromáticas o difusores que dispersen esencias preparadas con
aromas para zonas y ocasiones, combinaciones frutales y cítricas para reanimar
sentidos, maderas e inciensos para la concentración y florales con canela para
calmar los nervios al llegar de una larga faena. Tu casa puede convertirse en
un verdadero refugio para olvidarse por un momento del ajetreo y las
obligaciones de la siguiente semana.
Nuestro cuerpo es capaz de hacer cosas fantásticas; su
potencial podría verse como infinito pero requiere mantener un balance. En la
filosofía y tradiciones del oriente se habla del perfecto equilibrio, tal como
la cuerda de un arco: poca tensión lo hará inútil para su propósito de lanzar
flechas y mucha tensión puede reventar la cuerda. En el afán de alcanzar mayor
productividad o una meta ambiciosa nos olvidamos de los descansos que sirven
para meditar, valorar experiencias, aprendizaje y los cambios que debemos hacer
para acercarnos a nuestros ideales.
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