La estrategia de marketing de las empresas incluye
importantes elementos sensoriales. Lo usual es que esta estrategia tenga como
pilar al elemento visual y, por lo tanto, ponga énfasis en cosas como el
logotipo, la tipografía y los colores institucionales. Sin embargo, después de
la vista, el ser humano tiene otros cuatro sentidos externos.
Estudios que se realizaron hace décadas dejaron en claro
que algunos colores favorecen la adquisición de ciertos productos porque
transmiten emociones y logran conectarse con ciertas imágenes que existen en la
mente del consumidor. Sin embargo, los otros cuatro sentidos aportan cosas
distintas a la experiencia de compra.
Muchas veces, al entrar a una tienda pequeña o, incluso, a
una sucursal de una importante cadena de supermercados, percibimos una serie de
estímulos visuales que van acompañados de música y, en ocasiones, de anuncios
publicitarios presentados con un pegajoso jingle. A esa estrategia también se
puede incorporar el aroma.
En el caso del aromarketing, o marketing olfativo, las
empresas pueden usar los aromas para mejorar la experiencia de los clientes en
un negocio porque crean conexiones emocionales. El sentido olfativo es el más
poderoso y emotivo de los cinco sentidos porque es capaz de rememorar
sensaciones.
Esta posibilidad que ofrece el sentido del olfato puede ser
una gran ventaja para los negocios, sin importar la naturaleza del producto que
ofrezcan o, incluso, si todas las ventas se hacen en línea. Los aromas pueden
atraer nuevos clientes, aumentar las ventas al mejorar la experiencia de
adquisición de un producto y crear reconocimiento y lealtad de marca.
El aromarketing puede implementarse en tiendas pequeñas o
grandes centros comerciales mediante el uso de difusores que llenen los
espacios con determinado aroma (maderas, flores, cítricos…), pero también en
las ventas por internet al agregar alguna fragancia agradable a los productos
que se envían por paquetería.
Sin embargo, el aromarketing no se limita a aromatizar
espacios o a utilizar difusores que envíen partículas de olor por un local
comercial. El mayor logro para una empresa al implementar una estrategia de
marketing olfativo es conseguir que la identidad corporativa (mensajes,
valores, audiencia…) pueda expresarse a través de un aroma que los compradores
puedan evocar con agrado. Al combinarse con otros sentidos, el olfato, dentro
de la estrategia de marketing, detona memorias placenteras y establece una
poderosa conexión emocional con los compradores.
Gracias a esta colaboración con los otros sentidos, el
aromarketing permite que se creen emociones muy diversas: alegría, calma,
entusiasmo. Esto ofrece la posibilidad de que cada negocio que esté
implementando una estrategia de marketing sensorial cree experiencias hechas a
la medida de sus deseos. Si creas la emoción adecuada, tus clientes estarán más
dispuestos a realizar una compra.
Más información sobre el Marketing Sensorial
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