Los aromas son invisibles y, por ello, muchas
veces ignorados, pero en nuestra vida juegan un papel mucho mayor del que
sospechamos.
El olfato es el primer sentido que se genera
en el desarrollo fetal. Antes de ver, oír, escuchar o paladear somos afectados
por los aromas de nuestra propia madre y nuestro entorno. Las primeras
impresiones olfatorias generan sellos neuronales que dan forma a nuestra
conciencia y duran para toda la vida. Es también el sentido más primitivo en el
cerebro, y está conectado directamente con los centros que controlan las
emociones y las reacciones primarias (es decir, no racionales) en los seres
humanos.
Según investigaciones de las universidades de
Harvard y Stanford en estados unidos, la inmensa mayoría de nuestras decisiones
diarias (hasta un 90%) son impulsadas por el cerebro emocional y no por un
proceso intelectivo o racional. Desde las pequeñas decisiones aparentemente
inocuas (¿qué me pongo hoy, qué desayuno, qué música pongo en el auto?) hasta
las mayores decisiones (¿con quién me caso, qué carrera estudio, qué auto
compro?) se realizan de manera irracional, y en ellas influyen directamente
elementos emocionales, pasionales, intuitivos y subconscientes.
Por su parte, las emociones se ven
influenciadas poderosamente por nuestros sentidos primarios. De entre ellos, el
olfato es el que opera con mayor fuerza y de manera menos consciente. Lo que
olemos a cada momento impacta la forma en que decidimos y actuamos… sin que
nosotros nos demos cuenta.
Todas las grandes cadenas de menudeo,
restaurantes, hospitales, hoteles y empresas de servicios utilizan el poder del
aroma para impulsar la decisión de compra en sus clientes; invitarlos a
quedarse más (o menos) tiempo; evocar una reacción primaria de hambre, deseo,
lujo o placer, y causar una memoria olfativa que dispare conexiones neuronales
de apego y lealtad a la marca.
Seguramente siempre estás en la búsqueda de
más y mejores formas para ayudar a tu negocio a distinguirse de la competencia,
y a tener un carácter único que atraiga nuevos clientes y afiance la lealtad de
los que ya existen. Crear una marca olfativa propia te permitirá hablar
directamente al corazón de tus clientes sin decir una sola palabra.
El mundo no espera, y los negocios tampoco.
Aprovecha las facilidades con que la ciencia nos dota y deja un sello indeleble
en la mente de todas las personas que pisan tu negocio.
Es más sencillo (y económico) de lo que crees.
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