lunes, 26 de marzo de 2018

En un océanos de competencia ¿Cómo diferencio mi negocio?


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Tú negocio es único. Lo diseñaste y creaste con la intención no solo de tener éxito, sino de dejar en el mundo una huella que solo tú puedes dejar. Lo has visto nacer y crecer con empeño, dedicación, a través de días soleados y noches de lluvia.

Tu negocio es único. Tú lo sabes. Pero ¿lo saben tus clientes?

En su exitoso libro “La Vaca Púrpura” el experto en mercadotecnia Seth Godín habla de la importancia vital que tiene para cualquier negocio poder diferenciarse en un mundo de férrea competencia. Si en el campo ves cientos de vacas iguales ¿pones atención especial a alguna de ellas? Probablemente no. ¿Pero y si hubiera, de pronto, una vaca púrpura? ¡Ella tendría seguramente toda tu atención! Y ese es el reto: hacer de tu negocio una vaca púrpura.
En la diferenciación de los negocios concurren distintos elementos. Uno de los principales es la percepción que tiene el cliente de tu negocio. La percepción que todos tenemos del mundo entra y se procesa a través de nuestros cinco principales sentidos: el oído, la vista, el tacto, el gusto y el olfato.
La realidad en la mente de una persona es la suma de sus percepciones sensoriales, y todas ellas son esenciales para un conocimiento completo.
a.   Vista. ¿Cómo se ve, qué colores tiene, cómo es el diseño de tu negocio? Desde el logotipo y los interiores hasta la forma en que ordenas los muebles, la vista es el sentido al que más se dedica tiempo a la hora de diseñar una compañía. Desde luego, la vista suele ser el primero de los sentidos y por ello, uno de los que genera un mayor impacto a corto plazo.
b.   Oído. ¿Cómo se oye tu negocio? Además de los sonidos propios del negocio, la música y los sonidos que definen el ambiente plantean el tono y la forma en que se relaciona con sus clientes.
c.  Tacto. ¿Cómo se siente tu negocio? Los pisos, las paredes, los muebles, los materiales, los productos. Todas las cosas que el cliente percibe con sus manos o su piel ayudan a generar una idea del estilo, la calidad y la durabilidad de lo que vendes.
d.  Gusto. ¿A qué sabe tu negocio? No solo los negocios de comida (como restaurantes o botanas) dependen del gusto. Todos los negocios pueden aprovechar el sentido del gusto a través de bebidas, caramelos o botanas que creen en la lengua del cliente una memoria duradera.
e.   Olfato. ¿A qué huele tu negocio? De entre todos los sentidos, el olfato es el que genera mayor retención de memoria a mediano y largo plazo. El más más mínimo de los aromas puede traer recuerdos de nuestra infancia, de un viaje emocionante o de un amor olvidado. También es el sentido que los negocios más ignoran. La forma en que tu negocio se ambiente a través de los aromas es uno de los sellos más indelebles para tus clientes, y puede potenciar reacciones inmediatas de compra, atracción y deseo.

Recuerda: cuántos más sentidos se involucren en la creación de una percepción, más impactante, trascendente y duradera será ésta. Esto es algo que tu negocio no puede ignorar.

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