Se dice que “de la vista nace el amor”, pero ¿qué hay
con el resto de los sentidos del cuerpo humano? El tacto, el oído, el gusto y
por supuesto el olfato, por años han estado en el olvido y han sido poco
aprovechados cuando de marketing para productos o servicios se trata.
A través de la nariz pueden evocarse
emociones, sentimientos y recuerdos. Es tan sencillo como esto: La memoria humana puede retener
unos 10 mil olores distintos y reconocer apenas 200 colores diferentes. Gran
diferencia, ¿verdad?
El olfato es maravilloso: se necesitan más o menos
cinco millones de células para transmitir información hasta el área del cerebro
que se encarga de las emociones y la memoria. Entonces, ¿por qué toda la
publicidad se remite a lo que podemos ver y oír?
Por sí mismos, los sentidos juegan un
papel crucial en el mundo del
marketing, por el simple hecho de ser los encargados de generar emociones y
reacciones. Para explotar al máximo el potencial del más antiguo y poderoso de
todos, es decir, del olfato, se ha instaurado el aromarketing.
Se trata de una disciplina que consiste
en utilizar olores específicos, que van de acuerdo con el entorno de cada
negocio, con la finalidad de provocar sentimientos, emociones, recuerdos o
simplemente evocar ideas que influyan en el ánimo de los empleados del sitio, y
en el comportamiento del consumidor.
Alterando el sentido más sensible del ser humano, grandes
corporativos han comprobado que es posible mejorar sus resultados e incrementar
sus ventas.
Por ejemplo, utilizando el aroma adecuado en el
entorno laboral, es posible activar el resto de los sentidos en los empleados y
estimularlos para que tengan un mejor rendimiento y productividad, además de
una mayor sensación de confort y pertenencia al sitio.
Dentro de un local comercial, las posibilidades de
monetizar los beneficios del aromarketing aumentan. Sus ventajas principales
son:
- Permanencia: De inicio, con el aroma adecuado se puede inducir a los clientes a permanecer durante más tiempo dentro del negocio.
- Inducción a la compra: Si el aroma es agradable, su percepción acerca de los productos y servicios que ahí se ofrecen será positiva, haciendo que la tendencia a la compra se incremente.
- Percepción: El olfato también influye en la percepción de servicio, calidad y limpieza que el consumidor se llevará acerca del negocio y los empleados que le atienden.
- Distinción: Un aroma único genera en la memoria de los visitantes una conexión directa con su memoria, creando de manera implícita un distintivo prácticamente imborrable que le permitirá generar recuerdos del sitio, y la necesidad de regresar cuando un aroma similar le recuerde que estuvo ahí.
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