La palabra perfume aparece por vez primera en la obra Lo Somni de Bernat Metge en 1399 y en la literatura francesa a partir de 1528. Viene de las raíces latinas per “por” y fumare “a través del humo”, esta referencia se daba para nombrar el aroma que emitían ciertas sustancias al quemarse.
Los sumerios utilizaron el primer sistema de escritura y encontramos en el recuentos acerca de la elaboración de distintos productos relacionados al cuidado personal y la aromatización, siendo ellos los primeros en desarrollar ungüentos y perfumes.
Posteriormente en Egipto, se quemaban distintas hierbas cuyo propósito era ceremonial y tenían cada una propiedades específicas, casi siempre relacionadas con la purificación y la elevación del espíritu, su uso estaba reservado a los sumos sacerdotes.
La perfumería ocupaba un papel muy importante en el proceso de momificación ya que los órganos eran drenados y purificados con distintas esencias como mirra y canela para posteriormente ser sumergidos en sal y después de 70 días cubiertos con bandas de lino embarradas de una sustancia gomosa y fragante.
Los griegos se refieren a las fragancias en su mitología, por ejemplo, la rosa era blanca y sin olor hasta que Afrodita sangró sobre ella y la hizo roja y fragante. En la antigua Roma, la cosmética floreció y las señoras de la alta sociedad tenían la costumbre de llenar las bocas de sus esclavas con las fragancias para que las escupieran sobre ellas, como atomizadores humanos.
Con la llegada del cristianismo la perfumería tuvo una regresión ya que se consideraba que las mujeres se perfumaban para seducir a los hombres y tentarlos, pero fueron los árabes los que perfeccionaron todo el conocimiento reunido hasta ese punto con respecto a perfumería, usando complejos dispositivos de destilación para obtener deliciosas y codiciadas fragancias.
Durante el renacimiento, las personas pasaban por alto la higiene y recurrían a los perfumes para enmascarar los aromas, eran comunes enfermedades dermatológicas como la sarna por esta situación. Es conocido que el Rey Enrique IV de Francia se bañó una sola vez en toda su vida, algo inimaginable hoy en día.
Distintos métodos de extracción de aromas se perfeccionaron a través de los siglos, tales como la maceración, la expresión, la destilación y el enfleurage. Todas estas técnicas pueden observarse en la película de 2006 “El Perfume” Que retrata con asombrosa precisión las antiguas técnicas de la historia de la perfumería.
Los métodos modernos tienen su origen en todas estas técnicas y nos regalan los aromas de diseñador que usamos cotidianamente. En la actualidad la perfumería es accesible para todos, lo que cambia es la calidad del producto.
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