El impulso, aliado de las marcas

¿Sabías que las compras por impulso se pueden provocar? ¿Te ha pasado que entras a una tienda y no tenías pensado comprar nada, pero sales con una o dos cosas? ¿Qué sucedió? ¿Había descuentos? ¿Un buen ambiente? ¿Te acababan de pagar? ¿Te sentías feliz… o triste?

Son diversos los factores que llevan a las personas a tomar productos de los anaqueles aunque no los necesiten ni previamente los hayan tenido en la mente. De acuerdo con el sitio web Puromarketing.com, “83% de los millennials reconoce haber hecho compras por impulso”. Este porcentaje no es menor, y las marcas necesitan ponerle atención ya que dicha generación representará el 75% de la fuerza laboral del mundo en 2025, según la consultora Deloitte.

En general, cuando el cliente visita una tienda y se siente cómodo, en su ambiente, aumentan las probabilidades de que compre más. Para generar ese entorno se pueden emplear fragancias que estimulen emociones que a la empresa le interesan. Por ejemplo, un olor cítrico en una oficina donde dan informes sobre capacitación para los negocios, puede activar la concentración, el enfoque y la energía, de manera que inconscientemente el prospecto quiera estudiar en ese sitio; así, se aumenta la probabilidad de que decida inscribirse a uno o más talleres en ese momento.

De acuerdo con el sitio web especialista en marketing olfativo, Open-Senses.com, “los estímulos olfativos llegan al sistema límbico del cerebro, donde se localiza la memoria, los instintos básicos (hambre, sed, sexo, supervivencia) y el olfato”. De ahí la importancia de que las marcas estudien las características de sus clientes y a partir de ellas elijan el aroma adecuado para sus espacios, de manera que se apele a las emociones del sistema límbico de sus posibles compradores.

Te invitamos a crear el entorno adecuado para tu negocio, utilizando la mercadotecnia de los aromas. Recuerda empatar las características de tus clientes con las características que deseas transmitir de tu marca para lograr el match perfecto en una fragancia que provoque en tu comprador un solo pensamiento, aparentemente impulsivo: lo quiero, me lo llevo.

Encuentra más información sobre Marketing Sensorial aquí