Todo proceso de comunicación y venta es, en el
fondo, un proceso de enamoramiento. Una venta rápida y fría puede poner algunas
monedas en la caja registradora, pero un cliente conectado emocionalmente con
tu marca o tu producto estará más dispuesto a escuchar y a comprometerse con tu
negocio, independientemente de factores como precio o facilidad.
Los productos que carecen de conexión
emocional deben de convencer a los clientes con costo directo al propio
producto: es decir, deben de convencerlos a través de precio bajo o publicidad
estridente. Al final la venta puede resultar gravosa para el mismo negocio, y
en el mejor de los casos reducirá la utilidad bruta. Es el camino fácil, pero
incorrecto.
No le ruegues a tu cliente, como no lo harías
en cualquier otra relación. En cambio, atrae y enamora con inteligencia.
En este proceso, el aromarketing puede ser tu
mejor aliado. Los aromas que definen el carácter y personalidad de tu negocio
pueden atraer y enganchar clientes. Antes de que se den cuenta y sin poder
explicar cómo, tus clientes se acercarán a tu negocio con la mente (y el
corazón) más abiertos.
Afortunadamente no se necesitan complicadas
instalaciones o gastos estratosféricos. Los aromas inundan un espacio a través
de un difusor que de forma no invasiva entrega las micropartículas
especialmente diseñadas para transmitir el contenido emocional que deseas para
tu negocio.
La pregunta que debes contestar es ¿cómo
quieres que se sienta tu cliente cuando entra a tu local? ¿Hambriento,
satisfecho, exitoso, calmado, feliz? Distintos aromas causan distintas
reacciones.
Pon a la ciencia de tu lado y ayuda a tus
clientes a tomar la mejor decisión, en el momento preciso, y a recordarte por
mucho, mucho tiempo después.
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