Un estudio reciente
llevado a cabo por la Universidad de Washinton y la Universidad Brigham Young arrojó
que activar los diferentes sentidos de las personas puede cambiar por completo
la respuesta de estas hacia un producto. Es por esto que la descripción y
presentación de un producto que consigue apelar e impactar en los sentidos de
los consumidores aumentará las probabilidades de que estos lo adquieran.
Uno de los sentidos que
se es tendencia en las campañas de marketing es el sentido del olfato Con el
denominado aromarketing, las marcas pretenden impactar en lo más profundo del
subconsciente de sus clientes, ya que este sentido está directamente
relacionado con el área de los recuerdos. Sin embargo, no es el único sentido
capaz de influir en la decisión de compra, la percepción de la marca y la interacción
de los consumidores con el punto de venta. El sentido visual, por ejemplo, ha
sido tradicionalmente uno de los sentidos que más se ha tenido en cuenta para
llamar la atención de los consumidores. Por lo general los cinco sentidos
impactan en la decisión de compra del consumidor, solo que estos lo hacen en
diferente proporción, cambiando la manera en que perciben las cosas.
Se han hechos grandes
avances en el análisis de cómo las estrategias que buscan estimular varios
sentidos al mismo tiempo tienen un impacto más satisfactorio en los tiempos de
compra en comparación a aquellas que se centran en estimular un solo sentido, lo
que nos deja muy claro que la mejor estrategia es aquella en la que se combina
el estimulo de todos los sentidos.
Todo esto nos indica
que las marcas no solo deben aprender a utilizar los sentidos y a enfocarse a
las emociones para aumentar sus ventas, sino también a tener muy en cuenta cuál
es el sentido que deben estimular en el momento correcto y cómo hacerlo.
Cuando el objetivo es
vender productos o experiencias distintos a lo que el consumidor busca en ese
momento o sobre compras que el consumidor realizará en un futuro, los sentidos
recomendados a utilizar son la vista y el oído. Por otro lado, si lo que se
busca es vender algo que el cliente necesita en ese momento, lo más efectivo
será utilizar el olfato o el tacto. Cuando nuestro cliente está buscando algo
para alguien poco cercano, se dejará llevar potencialmente por la vista y el
oído. En caso contrario, cuando se trata de alguien cercano al cliente los
sentidos que lo orientarán son el tacto y el gusto.
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