Las
marcas que buscan transformarse en Lovemarks necesitan llegar a lo más profundo
de los comportamientos humanos. El proceso de la transformación va de la mano
de los cambios emocionales logrados a través de los sentidos, como el caso de
las emociones invocadas por medio de aromas. El aromarketing puede sacar
provecho de nuestra memoria olfativa para influenciar en nuestro estado de
ánimo.
Teniendo
su origen en los inicios de la raza humana, cuando los idiomas que conocemos apenas
estaban en formación, los mensajes olfativos eran un elemento clave de comunicación
e interpretación del entorno. Algunos aromas nos recordaban a los depredadores,
por lo que nos ponían alerta; los aromas totalmente ajenos igualmente funcionaban
para considerar un estado de alerta, para entender la naturaleza del aroma y etiquetarlo
propiamente en la memoria. Por el contrario, aquellos aromas que estaban asociados
con lugares tranquilos y con alimentos, de inmediato nos tranquilizaban y nos regresaban
a un estado de ánimo más apacible.
La
importancia de los aromas en el ser humano puede entenderse al ver que los
sensores olfativos tienen comunicación directa con el sistema límbico,
procesando aromas para catalogar distintos eventos emocionalmente. Un adulto
puede distinguir entre 10,000 y
40,000
aromas, mientras que las neuronas relacionadas con los aromas se renuevan cada cierto
número de semanas, asegurando que funcionan correctamente a lo largo del
tiempo.
Este
respaldo científico nos permite entender la razón por la que las empresas están
invirtiendo en el aromarketing. La fisiología y la psicología trabajan en
conjunto para ligar rápidamente a los aromas con distintas experiencias; para
repetir aquellas que nos traen memorias positivas y para evitar las que nos
traen memorias desagradables. Con ese potencial aplicado, el nivel de
persuasión es mayor y se crea un ambiente más propicio para las compras que no
se razonan, pues nos vuelven más receptivos y aumenta nuestro deseo de
permanecer en el sitio, creando así más oportunidades de compra.
La
idea medular de una Lovemark es ser capaz de enamorar a los clientes, para que
dejen el aspecto mental en un segundo plano y sean más guiados por sus
emociones. Una Lovemark que funcione al cien por ciento debe producir emociones
de felicidad, orgullo, hasta envidia para quien no puede adquirir el producto
(optando por sustitutos, como podemos apreciar en la comercialización de las
playeras, gorras y accesorios con logotipos de autos lujosos.)
Algunos
ejemplos de los efectos que tienen los aromas sobre nosotros:
Aromas
a talco - Nos hace sentir seguros y nostálgicos
Menta
y cítricos - Te vuelven más alerta
Lavanda,
vainilla - y manzanilla. Nos traen relajación
Humo
de asado - Nos hace sentir que el cuarto en el que estamos es más pequeño
Manzana
y pepino - Percibimos que el cuarto es más grande
Piel
y cedro - Nos hace pensar en muebles caros
Pan o repostería recién horneada - Nos
traen sentimientos de hogar
Florales
- Invitan a permanecer más tiempo en el lugar y gastar más
Lavanda
- Excita a los hombres
Las
salas de cine y los casinos estuvieron entre los primeros que buscaron atacar
el lado emocional de los clientes a través de los aromas. En el cine, el aroma
de palomitas diseminado en la sala para abrir el apetito, mientras que en los
casinos se buscaba mantener el estado de alegría y euforia para olvidar el
cansancio y seguir participando enlas apuestas. Estos beneficios pueden
aplicarse en tu empresa y productos, analizando primero las emociones que
deseas asociar para crear las combinaciones de aromas que te beneficien, así que conoce los aromas para tiendas y los Difusores de Aromas de Fridman's y sorpréndete con los resultados.
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